Se trata de la acumulación de calcio en cualquier parte del cuerpo y suele aparecer como un hallazgo casual al estudiar a la persona por un motivo diferente.
El calcio es un mineral indispensable en el cuerpo que, en condiciones normales, tiende a acumularse en los huesos y en los dientes para su correcto desarrollo y mantenimiento.
Según un estudio de la Universidad de Oregon en Estados Unidos, cuando se presenta exceso de calcio, este pasa al torrente circulatorio y se elimina por la orina, sin embargo, hay ocasiones en las que la capacidad de excreción está sobrepasada, o bien hay gran cantidad de calcio libre, lo que hace que tienda a depositarse y acumularse en diferentes zonas del organismo, endureciendose, y formando estas calcificaciones.
¿Cómo se presenta una calcificación?
Lo normal es que las calcificaciones no presenten signos de una condición clínica y sean un hallazgo casual al realizar una prueba diagnóstica, radiológica o ecográfica, por otro motivo diferente. Puede producir síntomas, según su localización, en forma de dolor en la zona, debilidad muscular, calambres, aumento en la frecuencia de las fracturas óseas, limitación de la movilidad si afecta una articulación, masa o bulto palpable si su ubicación es superficial o si tiene un tamaño importante, e incluso deformidades visibles en casos graves. (Puede ser de su interés: Cuidados básicos de la piel).
Cuando se presentan en las extremidades pueden crear serios problemas de movilidad. Ocurre sobre todo en las que se originan en los hombros y en el hueso calcáneo, donde se manifiestan como espolones.