A todo lo dicho sobre los efectos de la televisión y en especial, de los comerciales emitidos por este medio, en la salud alimenticia de los menores, ahora se ha sumado una preocupación más: la exposición a la publicidad a través de computadores y dispositivos móviles.
Y, aunque la verdad es que los problemas que pueda tener un niño en cuanto a sobrepeso o hábitos no saludables responden realmente a una serie de condiciones sociales, donde el núcleo familiar puede tener también costumbres alimenticias no sanas, o donde los criterios de salud propia pueden estar permeados por otras costumbres sociales, la televisión y las nuevas tecnologías entran a sumarse como un factor determinante sobre el cual hay que estar atento.
Un estudio reciente titulado “El impacto del marketing a través de las redes sociales, juegos online y aplicaciones móviles en el comportamiento de los niños”, realizado por la Comisión Europea, en compañía de la Universidad Nacional de Colombia y la Pompeu Fabra de Barcelona, concluyó que la publicidad que sale en los juegos de aplicaciones y de video inducen a los menores a consumir comida “chatarra”.
El estudio analizó la reacción de varios grupo de niños entre los 6 y los 12 años en diferentes países, que participaron en una prueba en la que jugaban videojuegos mientras a su lado se ubicaban cajas con comida chatarra. Luego de terminar el juego y ver varios mensajes publicitarios sobre este tipo de comida, la mayoría tomó uno o varios productos de la caja ignorando los mensajes de precaución.
“Se debe tener en cuenta también la capacidad límite de atención de los menores, que es poca, entonces a la hora de enviarles un mensaje tiene que ser conciso y claro para que lo atiendan”, afirmó el investigador Francesco Bogliacino, del Centro de Investigación para el Desarrollo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, al analizar el tipo de mensajes de marketing que reciben los más pequeños.
El papel de los padres en la formación y educación de los menores es fundamental para lograr que los pequeños no sean tan vulnerables ante estos anuncios. Tener unas reglas claras, en cuanto al consumo de aplicaciones, tiempo de exposición y normas de uso permite disminuir significativamente el riesgo.