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Cuidado del recién nacido libre de mitos

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Ser padre por primera vez es una responsabilidad que trae consigo dudas sobre cómo atender de manera adecuada las necesidades y el desarrollo del bebé.

Asesor Jaime Alberto Mesa Franco Pediatra – Neonatólogo

Hay mucha información a través de internet, las redes sociales y el voz a voz, que recomienda lo que  debe tenerse en cuenta a la hora de asumir el cuidado de un recién nacido. Sugerencias y datos que algunas veces terminan por agobiar y confundir a los padres primerizos. Para el pediatra y neonatólogo Jaime Alberto Mesa, “los niños se crían, se levantan y se desarrollan con sentido común”. Esto es lo primero que el profesional les indica a los papás con el objetivo de que asuman con serenidad la nueva responsabilidad. El especialista enumera situaciones recurrentes que pueden presentarse en esta fase.

Si el bebé es intolerante a la proteína de la leche materna, no se interrumpe la lactancia, sino que la madre hace una dieta para restringir los lácteos.

¿Por qué lactar?

Es importante desde el punto de vista nutricional y desde el vínculo afectivo madre e hijo. “Es un alimento completo y adecuado con requerimientos nutricionales para un buen desarrollo somático, físico e intelectual”, dice el especialista. Durante los primeros 6 meses, la lactancia debe ser exclusiva, luego ir incorporando frutas, cereales, verduras y proteínas para incentivar el desarrollo gastrointestinal. Introducir alimentos, como el huevo y el pescado hasta los 9 meses; y después del año, iniciar una dieta similar a la del adulto, creando hábitos saludables.

¿Cómo cargarlo y sacarle los gases?

Debe evitar comprimirse el abdomen del niño si este ha comido recientemente, ya que puede presentar reflujo gastroesofágico y vómito. En el momento de la lactancia es considerable la posición de “barriga con barriga”, por lo que no se sugiere alimentarlo acostado. Una buena técnica de lactancia, en la que el niño está bien acoplado al seno materno, evita la deglución de aire. Luego, cargarlo en posición vertical durante unos 5 o 10 minutos esperando a que expulse espontáneamente los gases, algo que también ocurre vía rectal.

El momento ideal para bañarlo

Es fundamental cultivar la higiene, pero sin exagerar. Para el profesional, un bebé que regule su temperatura, esté sano y cuyo peso sea de 2,500 gramos, puede bañarse luego de 24 horas de nacido. El primer contacto con el agua puede ser de corta inmersión o una limpieza con agua tibia y jabón. Usar un jabón neutro y no utilizarlo a diario para evitar quitar el manto ácido de la piel. Secar muy bien el ombligo para prevenir infecciones y limpiar bien el área perianal. Los niños prematuros o de bajo peso deben esperar más para su primer baño.

¿Puede dormir el bebé con mascotas?

No se recomienda. Siempre y cuando se respeten los espacios para cada uno y hayan buenos hábitos de limpieza e higiene en el hogar, no hay razón para la prohibición de animales de compañía. Por otro lado, el pediatra enfatiza en que no deben haber fumadores en el domicilio, pues el consumo de cigarrillo en un espacio donde habita un recién nacido lo hace más vulnerable a sufrir bronquiolitis, una infección respiratoria y principal causa de hospitalización, sobre todo, de los prematuros. Finalmente, evitar tener al niño meticulosamente encerrado, pues aunque hay que eludir las corrientes de aire, puede haber ventanas abiertas en el hogar. Tampoco se debe exceder en su abrigo, ya que ellos regulan su temperatura 24 horas después de nacidos.

¿Cómo llevarlo del hospital a la casa?

Luego del nacimiento hay que seguir un protocolo para que la mamá y su hijo regresen a casa en óptimas condiciones. En primer lugar, 24 horas después del parto, el bebé debe haber expulsado una primera deposición, denominada meconio. También se descartan signos de alarma y patologías y se le realiza un examen físico para descartar anomalías congénitas o incompatibilidad del grupo sanguíneo y Rh. La recomendación es visitar de nuevo al médico 72 horas o la primera semana después de dar a luz.

¿Cada cuánto el control pediátrico?

El primer año del bebé es un periodo de desarrollo y crecimiento exagerado, que solo se equipara al crecimiento del feto y al estirón del adolescente. Es importante continuar un control mensual con el pediatra durante el primer año, luego cada tres meses a los dos años y cada 6 meses del segundo al quinto año de vida. “Un niño es un ser que requiere mucho cuidado y asistencia para promover en él la autonomía y la independencia, por esto lo más necesario es no exagerar y asumir el rol con inteligencia y sentido común”, indica el pediatra.

Signos de alarma que ameritan consultar

Los padres deben consultar de inmediato al médico cuando el recién nacido:

  • Rechace el alimento o no quiera comer.
  • Presente fiebre y registre una temperatura axilar de 37.5 grados centígrados.
  • Manifieste onfalitis, un colorado de más de un centímetro que rodea su ombligo y que puede ser signo de infección.
  • Vomite de forma persistente.
  • Tenga dificultad para respirar (se le hunden las costillas), lo que se conoce como tirajes o retracción.
  • Las mucosas o la piel luzcan un color morado, por ejemplo, mientras se está alimentando. Esto se conoce como cianosis y generalmente se debe a la falta de oxígeno en la sangre.
  • Revele ictericia de forma importante o exagerada, lo que hace que la piel y las partes blancas de los ojos se pongan amarillas. La causa el exceso de bilirrubina, un líquido que segrega el hígado y que ayuda a digerir los alimentos.

 

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