Detectar las señales del síndrome de la vida ocupada es vital para que la productividad y la salud mental no se afecten.
Asesora Helda Hoyos MontoyA – Psicóloga
La modernidad llegó a llenarle la vida a la gente con nuevos quehaceres que ocupan gran parte del tiempo que antes se usaba para descansar. En el mundo laboral, por ejemplo, empieza a tener mucha incidencia el hecho de que alguien pueda ser multitarea, es decir, una persona capaz de hacer de todo al mismo tiempo. El problema es que ese ritmo reviste el riesgo de padecer el síndrome de la vida ocupada que, en inglés se ha denominado como busy life.
“Quienes lo padecen son personas que se cargan demasiado de obligaciones porque tienen varios trabajos, además de sus asuntos personales, y todo el tiempo piensan en trabajar. Esto hace que su cerebro se vaya sobrecargando y las cosas que están acostumbradas a hacer no les salgan bien”, explica la psicóloga Helda Hoyos Montoya.
Para saber que este síndrome se está apoderando del tiempo de una persona, un trabajador debería hacerles caso a varios síntomas como quejarse de olvidos que antes no eran frecuentes; dificultades para concentrarse en las actividades que realiza en el día; pensar en laborar todo el tiempo, incluso en los momentos de descanso, o abandonar por completo los círculos y actividades sociales.
“Hay pacientes que llegan a olvidar el lugar del estacionamiento de su vehículo o, lo que es más preocupante, el cumplimiento de una obligación o de sus turnos de trabajo”, explica la especialista.
Vida equilibrada
Cuando se conoce el riesgo de excederse en tareas, un individuo por sí mismo puede hacer un alto en el camino y reorganizar las actividades en las que está ocupando su tiempo. Ello le ayudará a cuestionarse sobre si es capaz de responder por la agenda que se ha impuesto.
“La cantidad de trabajo que soporta cada ser humano depende del tipo de persona y de la vida que se lleve. No puede atender las mismas obligaciones quien convive en pareja y con hijos, que alguien soltero. El primero, seguramente, además de las demandas de su profesión, tendrá que considerar otras obligaciones del hogar que le exigen más tiempo que al segundo”, explica Hoyos Montoya.
Pero si alguien que padece el síndrome de la vida ocupada no es capaz de parar, lo mejor es consultar a un especialista, para evitar un desorden mayor que pueda afectar la salud mental. Un psicólogo recomendará técnicas que le permitan mejorar su bienestar, según el caso.
Para evitar, entonces, que el trabajo rebose la capacidad mental y le robe al ser humano tiempo valioso que le permita ser feliz y llevar una rutina equilibrada, “lo primero que le pedimos al paciente es que organice su vida y decida sobre lo que le conviene y lo que no, es decir que priorice. Esto se puede hacer con terapias cognitivas conductuales”, explica.
También es importante que un multitarea no se aísle, que encuentre la manera de recobrar para su bienestar ese tiempo de ocio que le roban otras actividades. Al fin de cuentas, un día aún conserva sus 24 horas, ¿para qué tratar de estirarlo más?
Consejos prácticos
- Redistribuir las tareas: en la terapia se incluyen técnicas de planeación y reorganización, como descartar y hacer listas de actividades para que el paciente se centre en lo que es importante.
- Desconectarse del mundo laboral: al llegar a casa puede ser necesario incluso apagar el celular si a este le llegan mensajes o tareas del trabajo. Igualmente, evitar el uso del computador u otros dispositivos tecnológicos.
- Buscar espacios de relajación: por lo menos una vez al día durante la jornada laboral dedicar unos minutos para estar en armonía con su mente: leer un libro que le gusta, oír música, dar un corto paseo por un espacio verde, son algunas ideas.
- Llevar una alimentación adecuada: el ritmo acelerado de trabajo muchas veces no permite una alimentación sana, lo que termina afectando el equilibrio mental y físico. Mantener consigo refrigerios saludables hechos en casa es una buena estrategia.
- Practicar actividad física: ya sea antes o después de ir al trabajo, un poco de ejercicio ayudará a despejar la mente. Técnicas de relajación y meditación, como el yoga o mindfulness (atención plena) son ideales para manejar el estrés.
- Correcta higiene del sueño: ir temprano a la cama es clave para contrarrestar el exceso de trabajo del día. Si logra una buena planificación de su tiempo y actividades logrará dormir las 7 horas mínimas recomendadas para que el sueño sea reparador.