Es común perforarle las orejas a los bebés a los pocos días de nacidos con el fin de evitar el sufrimiento en el menor al hacerlo más adelante.
Ya sea que se pongan los aretes en este etapa o más adelante, es importante tener en cuenta los siguientes cuidados básicos que comparte la Asociación Americana de Pediatría, que ayudarán a prevenir el riesgo de infecciones en la zona.
- Antes de perforar las orejas verifique que el menor haya recibido la vacuna contra el tétano.
- Entre los materiales de los aretes que se aconsejan está el acero inoxidable, oro blanco, titanio o platino. Es importante también que sean pequeños y, ojalá redondos, para evitar incidentes.
- A la hora de manipular el arete lavarse las manos con agua y jabón.
- Limpiar suavemente la zona del lóbulo con un algodón, humedecido con un poco de alcohol, agua oxigenada u otros desinfectantes y girar los aretes idealmente dos veces al día.
- No retirar el arete por un periodo de entre cuatro a seis semanas.
- Es normal que se genere una costra, para esto es necesario hacer la limpieza con mayor frecuencia, humedeciendo la zona un poco y luego secándola bien.
- Si se presenta enrojecimiento es posible que haya una infección. Consultar con un profesional de la salud inmediatamente.