La genética y el entorno personal son algunos de los desencadenantes de este trastorno que, según la OMS, afecta a más del 4 % de la población mundial.
Falta de atención, hiperactividad e impulsividad son los síntomas que experimentan los niños que padecen TDAH, lo que interfiere en escenarios cotidianos como el colegio o el hogar. Aún existe mucho desconocimiento respecto al tema e incluso hay quienes culpan a los padres, por lo que desmitificar algunas premisas es fundamental para aquellas familias que deben gestionar estos comportamientos. La Clínica Universidad de Navarra (CUN) explica algunas creencias que se han desbancado tras investigar la condición.
Mito 1: Los padres son los culpables
Su origen es biológico, con un alto porcentaje de transmisión genética. Los niños padecen problemas serios de atención y concentración, una actividad inadecuada e impulsividad y los padres en algunas ocasiones no saben afrontarlo de forma eficaz, pero no los hace culpables.
Mito 2: El TDAH es una enfermedad nueva
En un inicio se llamó Disfunción Cerebral Mínima, en 1950 se denominó Síndrome Hipercinético y diez años más tarde se catalogó como Síndrome del Niño Hiperactivo o Reacción Hipercinética de la Infancia. Desde 1980 se llamó Trastorno por Déficit de Atención (con o sin Hiperactividad), pero todavía continúa en constante análisis por parte de los especialistas.
Mito 3: Los síntomas son leves y sin consecuencias futuras
Es un trastorno que puede repercutir de manera negativa en los niños por el impacto académico y posible fracaso escolar. Además, afecta la vida emocional y social de los menores hasta provocar cuadros de depresión. Su tratamiento es importante para evitar problemas futuros en el ámbito laboral con la progresión o retención de un empleo, o a nivel personal con el abuso de sustancias.
Mito 4: El TDAH solo se presenta en la infancia y luego desaparece
Aunque la hiperactividad puede disminuir con el paso de los años, el déficit de atención y la impulsividad pueden persistir durante la adolescencia y la adultez.
Mito 5: Los niños son los únicos afectados. Las niñas no lo padecen
El TDAH puede pasar desapercibido en el género femenino porque son menos hiperactivas y tienen una mejor conducta e interés por el aprendizaje.
Mito 6: Solo se puede tratar con medicamentos
Tal y como lo señala Gregory Fabiano, profesor de psicología de la Universidad Internacional de Florida en un artículo para The Conversation, hay medicamentos estimulantes recetados que pueden ayudar a las personas que padecen este trastorno a concentrarse por más tiempo. No obstante, hay quienes no pueden tomarlos debido a los efectos secundarios.
Aunque padecer este trastorno representa asumir grandes retos tanto para padres como hijos, hay distintos tratamientos diferentes a los medicamentos. La terapia conductual por lo general es implementada por padres y maestros, donde establecen metas claras y diálogos para hablar sobre el progreso. También se implementan las recompensas o se brindan algunos privilegios cuando cumplen propósitos establecidos.
Mito 7: Solo debe ser diagnosticado y tratado por el neurólogo o neuropediatra
El diagnóstico temprano es vital y puede ser realizado por un psiquiatra, un neuropediatra o psicólogo clínico. Luego es importante incluir a un psicólogo clínico, pedagogo o profesor de apoyo que acompañe el proceso.
Mito 8: Lo mejor es la psicoterapia antes que la medicación
Ante este mito es importante destacar que no existe una fórmula mágica para contrarrestar los comportamientos del TDAH. Ni en términos de medicamentos, ni en términos psicológicos con la psicoterapia psicoanalítica, el juego, el entrenamiento cognitivo para mejorar la concentración, memoria o atención, pues no funcionan ante este trastorno. Por eso es importante el acompañamiento de un experto quien dependiendo de cada caso evalúa el tratamiento.
Mito 9: Los medicamentos generan adicción porque son drogas
Por lo general los medicamentos que se utilizan para tratar los síntomas no producen efectos euforizantes. Incluso, hay quienes señalan que son útiles para evitar que los jóvenes abusen de las drogas porque disminuyen la impulsividad, pero siempre se deben tomar bajo prescripción médica.
Mito 10. Los medicamentos afectan el crecimiento y desarrollo de los niños
Tal y como recuerda la CUN en el artículo, la evidencia científica aún no llega a una postura exacta al respecto. Algunos estudios señalan que se presenta un crecimiento más lento en los primeros tres años de tratamientos. Otros destacan una menor talla de los niños con TDAH tratados con estimulantes a los 18 años, pero no se ven diferencias después, ya que aparecen tallas similares a la media.
En cualquier situación, el consejo es revisar cada caso de manera individual con ayuda de un especialista, quien es el encargado de definir un tratamiento, el cual puede incluir medicamentos o actividades para hacer desde el colegio o el hogar.
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