Este régimen es llamado la “dieta de las cavernas” porque se fundamenta en la rutina nutricional de la época paleolítica, de hace más de 5.000 años.
Este tipo de dieta está conformada por alimentos que comían los predecesores basados en frutas, verduras, cárnicos, frutos secos, raíces y pescado. Todos ricos en vitaminas y proteínas, dejando de lado la comida procesada, azúcares, leche y cereales.
Según la Clínica Mayo la razón de ser de esta dieta radica en que el cuerpo humano no es genéticamente compatible con la alimentación actual. Señala que después del desarrollo de la agricultura, cambió la forma y la base alimentaria a la que venían acostumbrados los antepasados, porque incluyó alimentos como legumbres, lácteos y cereales que trajeron consigo problemas de salud como diabetes y enfermedades cardíacas.
Optar por seguir esta dieta requiere de disciplina y una rutina diaria que a la larga puede traerle a su cuerpo múltiples beneficios al dejar de lado alimentos y productos que en la era moderna estamos habituados a consumir desde pequeños pero que también tienen consecuencias en el organismo.
Un día siguiendo esta dieta
Para la Clínica Mayo, un ejemplo de dieta diaria al estilo paleo sería:
- Desayuno: salmón asado y melón cantalupo.
- Almuerzo: lomo de cerdo magro asado y ensalada (lechuga romana, zanahoria, pepino, tomates, nueces y aderezo de jugo de limón).
- Comida: solomillo de carne de res magra al horno, brócoli al vapor, ensalada (hortalizas de hoja verde mezcladas, tomate, aguacate, cebollas, almendras y aderezo de jugo de limón) y fresas para el postre.
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