Es normal que los niños tengan pequeños movimientos repetitivos mientras duermen, a medida que crecen este fenómeno va desapareciendo.
ASESOR
LUIS GUILLERMO DUQUE RAMÍREZ
Médico Neurólogo
Decir mioclonias es un poco barroco y difícil, pero podemos entenderlo mejor en palabras cotidianas: “Es que mi hijo tiene tan mal dormir”. Y lo que todos entienden por mal dormir es que el niño o se mueve mucho dormido, o sale caminando por la casa todavía prendido en las redes del sueño, o se sienta y habla como si fueran las tres de la tarde y no las tres de la mañana. Para decirlo concreto, las mioclonias son más comunes de lo que su nombre da a entender; son trastornos del sueño.
Luis Guillermo Duque Ramírez, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y médico doctorado en neurociencias, explica que aunque las mioclonias son más normales en los niños pequeños, también se presentan en adultos: “El tema se puede explicar fácil: ¿usted a veces se ha despertado sobresaltado porque el cuerpo le brinca? Seguro sí, a todos nos ha pasado, eso es una mioclonia”.
En síntesis, se define como la pérdida de control de los grupos musculares, que sucede cuando se pasa de una etapa superficial del sueño a una profunda. Estos episodios son normales, aunque se pueden convertir en un trastorno del sueño. “Una mioclonia del sueño es normal siempre y cuando no aumenten. Es anormal cuando los movimientos son muy repetitivos o muy intensos. No es normal que haya más de cinco episodios por hora”.
Hay mitos sobre esas pequeñas convulsiones que sufren los niños durante el sueño, las madres suelen decir que el muchacho tiene “lombrices” —parásitos— o que tiene muy mal dormir, hace décadas, sobre todo en zonas rurales, se creía que por la casa volaba una bruja. Nada de esto es cierto.
“Muchas veces los niños tienen este tipo de anomalías en el sueño porque ellos son más hipertónicos que los adultos, mejor dicho, son menos relajados al dormir que uno, los adultos nos abandonamos en el sueño. A veces uno mueve a un bebé de la posición en la que está durmiendo y empieza a tener movimientos involuntarios y repetitivos. Es por esta condición hipertónica”.
Cuando se va llegando a la mayoría de edad, las mioclonias dejan de ser frecuentes. Es normal que de tanto en tanto un adolescente se levante de su cama, dormido y camine por la casa como si estuviera muy despierto, o que se siente y hable sin ton ni son y que, incluso, responda preguntas. Estas son mioclonias y se nota más en los niños porque —dice Duque Ramírez con la sencillez de profesor— “uno los mira más cuando duermen, porque le da miedo que les pasen cosas, pero esos son procesos normales en el adormecimiento”.
En caso de que el bebé, el niño, tenga más de cinco episodios en una hora, y que estos se prolonguen varios días, es necesario visitar un médico especialista en medicina del sueño o un pediatra, pues algo que se puede juzgar como normal en la mayoría de los casos, puede resultar siendo epilepsia, aunque no es muy común, aclara el especialista.
Trastornos del sueño
La última clasificación de medicina del sueño habla de 100 trastornos asociados. En los niños se cuentan los terrores nocturnos, que suceden al principio de la noche y están ligados a la última actividad realizada; las pesadillas, que aparecen en el sueño profundo y obedecen más a la cotidianidad de los hábitos o los pensamientos; el sonambulismo; el bruxismo; la enuresis nocturna, que es el niño que se orina hasta después de controlar los esfínteres; la somniloquia, que es hablar dormido y no recordar; la parálisis del sueño profundo, que es la persona que está soñando y cree que está despierta y no se puede mover; movimientos periódicos de las extremidades o el síndrome de piernas inquietas; el ronquido y las apneas.