Tener hijos o no, cómo dividirse las responsabilidades económicas y la participación de los padres en la relación, todos son temas sobre los que se deben hablar sin vetos.
Asesora Zamira Montoya – Psicóloga clínica
Algunas parejas, en sus primeras etapas, suelen encontrarse con una pregunta inquietante en su futuro: ¿tener o no hijos? Este, generalmente, es un tema que se evita antes del compromiso, pensando que quizá no llegará el tiempo y que todo se desenvolverá en su debido momento. Sin embargo, pocas veces se da así. Este es un tema que hay que tratar para garantizar la estabilidad en pareja.
La base de toda relación es el diálogo, y la decisión sobre los hijos debe consolidarse entre dos, dice la psicóloga clínica Zamira Montoya. “Así como existe un contrato matrimonial, debe haber uno emocional que, es más simbólico que otra cosa y aquí se debe, obligatoriamente, hablar de diferentes áreas de la pareja en las que van a estar involucrados los dos: la relación con las respectivas familias, el manejo del dinero y el tema de los hijos. Eso se debe discutir previamente y si uno de los dos no está de acuerdo, es la otra persona quien debe asumir si está dispuesto o no a aceptar esa situación”.
Sin obligar al otro
Hay que renunciar a la idea de que se puede hacer cambiar de parecer al otro en el camino, pues todo puede terminar en un desgaste para el que nadie está preparado. Es diferente que esa persona sugiera que en su momento no piensa en hijos por proyectos laborales o académicos, ya que son muchos los que prefieren llegar a este asunto cuando han terminado etapas como graduarse de un posgrado o lograr un ascenso por el que se está trabajando. O, incluso, hay quienes tienen temores infundados, lo que se puede trabajar en terapia. Pero cuando existe la determinación porque no le interesan los niños, por ejemplo, es mejor buscar otro futuro.
La experta señala que todo se fundamenta en el diálogo. “Lo que observo es que existen más palabras entre las parejas, pero menos espacios para el diálogo. Cada uno se centra en su deseo, pero no de una manera empática de escuchar las necesidades del otro, de pensar en nosotros y no de manera egoísta. Estas nuevas generaciones están muy centradas en la comunicación por otros medios, por chat, y a veces no saben aprovechar la posibilidad de sentarse a discutir cara a cara, mirando al otro. Porque se pueden decir cosas por celular, pero eso no quitará lo valioso de hablar con otro personalmente, la riqueza del lenguaje no verbal”.
Temas sin veda
Es de vital importancia hablar de otro tema, el dinero, un asunto que muchas personas suelen evitar para no herir susceptibilidades. “Como psicóloga, mi opinión, es que en las finanzas yo tengo que tener unas reservas propias, pero hay que generar acuerdos: quien gane más, aporta más. En consulta veo que alguno de los dos no trabaja y siente que le están dando, de esto hay que hablar: la vida da muchas vueltas y se necesita autonomía económica”.
Añade que los hogares están cambiando cada vez más y ahora hay más mujeres que están saliendo a trabajar y los hombres se encargan de la casa, con lo cual trocan los roles tradicionales, lo que debe hablarse para saber quién aporta qué en la sociedad conyugal.
“Por otro lado, hay que mirar las respectivas familias y poner límites. Hay personas que no se han independizado y deben hacerlo. Ahora bien, no podemos pretender que el otro rompa relaciones, pero lo que no se puede permitir es que la familia tome decisiones al interior de la pareja sobre las finanzas, los hijos o cualquier otro tema. Además, hay que procurar los espacios de cada uno. Si no tienen espacios individuales se pueden desgastar”, dice la especialista. En la pareja no pueden existir temas vedados y no se deben dejar al azar.
64 matrimonios se disolvieron por día el año pasado, según la Superintendencia de Notariado y Registro.
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