Con la posibilidad de revertir los riesgos de desnutrición en menores de cinco años, y con el lema «El clima está cambiando. La alimentación y la agricultura también», se celebra este año el Día Mundial de la Alimentación.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proclamó, en 1979, el 16 de octubre como día clásico para conmemorar la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. Entes como la Asamblea General de la ONU y la Organización Mundial de la Salud respaldan esta celebración por considerar la alimentación como un “requisito para la supervivencia y el bienestar de la humanidad y una necesidad humana fundamental”
Este año, por parte de la OMS, la conversación se centra en el desarrollo de la primera infancia, pues tras las conclusiones de la última serie de The Lancet’s new Series, Advancing Early Childhood Development: from Science to Scale, se considera que con intervenciones de bajo costo se puede revertir el riesgo que corren 249 millones de niños menores de 5 años de no alcanzar su pleno potencial debido a la extrema pobreza y retrasos de crecimiento.
Uno de los frentes de acción es educar hacia la sana alimentación de los niños. La guia Kid’s Healthy Eating Plate de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard propone ocho claves para una nutrición balanceada en los más pequeños:
- Preferir los vegetales. Entre más, mejor.
- Elegir frutas de todos los colores.
- Evitar los granos procesados.
- Optar por proteínas saludables de tipo vegetal y prefiere las carnes blancas sobre las rojas.
- Utilizar aceites hechos a partir de plantas, como el aceite de oliva.
- Reducir los lácteos y elegir los que no tienen azúcar añadida.
- Incrementar el consumo de agua.
- Incorporar la actividad física en la vida de tu hijo.