Llevar una dieta rica en proteínas es fundamental en la tercera edad. Su poca ingesta propicia que los adultos mayores presentan déficit nutricional asociado a otras enfermedades y, por lo tanto, se vea afectada su calidad de vida.
Carlos Cano, médico geriátrico y jefe de la Unidad de Geriatría del Hospital San Ignacio, de la Universidad Javeriana de Bogotá, explica que, en promedio, 8 de cada 10 ancianos que atendieron en esta institución durante el 2015 presentaron desnutrición, generalmente asociada a padecimientos comunes en esta edad como neumonía, enfermedad pulmonar crónica, infarto al corazón y falla cardíaca. En Colombia, según el Dane, entre los años 2012 y 2015, murieron 3.899 adultos mayores por deficiencias nutricionales.
“Una de las acciones más importantes de la medicina es evidenciar que envejecer saludablemente es posible y real. Hay un grupo de personas que llegan a esta edad con enfermedades limitantes y su problema de nutrición es relevante. Sin embargo, una de las acciones importantes del sistema es mejorar los índices de mortalidad y así mismo las condiciones de vida, interviniendo a tiempo el aspecto nutricional de los pacientes soportado en un trabajo interdisciplinario”, dijo Cano.
Un reciente estudio clínico publicado en la revista médica estadounidense Clinical Nutrition, demostró que los suplementos nutricionales especializados reducen en un 50% la tasa de mortalidad de pacientes desnutridos mayores de 65 años con enfermedades cardíacas y pulmonares, tras 90 días de estar hospitalizados. El estudio estimó que dentro de esta población, por cada 21 pacientes que reciben un suplemento nutricional, se podría salvar una vida, demostrando así que es una terapia de alta efectividad. Los participantes del análisis incluyeron a 652 abuelos de 65 años en estado de desnutrición, que ingresaron a instituciones médicas a causa de enfermedades cardíacas o pulmonares.
Carlos Cano advierte que una dieta ideal en la tercera edad debe comprender 25 gramos de proteínas, con dosis adecuadas de vitamina D, en el desayuno, almuerzo y comida, ingredientes que fortalecen la masa muscular y el funcionamiento de otros órganos vitales. Sugiere, entonces, acompañamiento familiar en esta etapa de la vida, así como vigilar los alimentos que se les proporcionan a estas personas en pro de que el pronóstico mejore, si es el caso, y les sea posible una óptima calidad de vida.
Las proteínas:
Son unos macronutrientes fundamentales que participan y llevan a cabo una gran diversidad de funciones para el funcionamiento del organismo.
Están presentes, sobre todo, en los alimentos de origen animal como la carne, el pescado, los huevos y la leche. Pero también lo están en alimentos vegetales como la soya, las legumbres y los cereales, aunque en menor proporción. Su ingesta aporta al organismo 4 kilocalorías por cada gramo de proteína.
“Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad”, Organización Mundial de la Salud, OMS.