La mejor manera de afrontar esta realidad es dejando que la relación con su hijo fluya, sin temer pedir ayuda cuando lo necesite.
Asesora: Claudia María Moreno Gómez, psicóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
Se suele hablar más de las madres solteras, que de los padres en la misma condición. De ellas abundan cifras, como que seis de cada diez mujeres en Colombia son cabeza de familia. Y, ¿sobre ellos qué?
No hay un informe oficial que dé cuenta de esta condición en el país. Pero ocurre. Por cualquiera que sea el motivo, hay padres que deben asumir la paternidad sin compañía y, en palabras de la psicóloga Claudia María Moreno Gómez, no debería haber diferencias entre un hombre o una mujer que, de repente, se ven abocados a afrontar esta responsabilidad.
“La duda inicial de un padre suele ser cómo hacer las veces de una mamá, pero lo más importante es que asuma su rol principal, antes que nada. Hay unas leyes naturales como lo son el amor, la comprensión, que no son necesarias que sean asignadas con otro tipo de características”, indica.
Es más, Moreno Gómez advierte que un papá nunca debe hacer las veces de mamá ni intentar suplir sus funciones naturales. Mientras más espontáneas sean sus acciones, mejor será la relación que lleve con sus hijos, lo que evitará que la situación se convierta en una carga y ocurra todo lo contrario: que el rol sea visto como una obligación y no como lo que es: un acto de amor genuino, filial entre padre e hijo.
No ceder a las presiones
A veces, incluso, los padres son sometidos a presiones sociales que invitan a los que son solteros a asumir el papel de mamá, lo cual es peligroso. “Si la persona se la juega por satisfacer esos imaginarios, seguramente es cuando más se cometen errores, ya que entonces se estará fingiendo algo que no nace”, sostiene la profesional.
De todas maneras, un consejo que ofrece la experta es no temer pedir ayuda en caso de que se requiera, ya que en muchas ocasiones esta condición llega sin esperarse y, por tanto, es difícil acostumbrarse a esa nueva realidad. Por esto, el apoyo que llegue desde la red de familiares o personas cercanas es muy valioso.
“No es lo mismo estar con alguien más con quien se comparte esta responsabilidad, que hacerlo solo, esto puede marcar la diferencia en el momento en que la realidad sorprenda a ese hombre en este sentido”.
Ahora bien, ser padre soltero puede llevar a que, por ganarse la confianza de los hijos, se quiera establecer una relación de amigos, lo que no está mal, sin embargo, no debe dejarse de lado que el papel sigue siendo el de orientador, formador, dejando claros los límites y las reglas.
“Como adulto yo oriento y formo un proceso, entonces hay que asumir y mantener ese papel, marcarle las directrices al hijo en todo momento”, agrega. Lo más importante es que el afecto para ellos siempre esté presente, permitiendo que los componentes emocionales fluyan de manera natural para bien de esa relación y para el futuro de ese joven y adulto.
¿Y si no quería ser padre?
Puede suceder que la persona no haya escogido estar en una situación de padre soltero por múltiples causas. Sin embargo, en el momento en que esta etapa se acepta y se asume, se comprende que el hecho de estar solo con esa responsabilidad no tiene nada que ver con las circunstancias eventuales o permanentes que se viven, aprendiendo a valorar ese estado en el que ahora se encuentra.
Si es niño o niña, ¿es igual?
Cualquiera que sea el género, la relación debe ser la misma. Por supuesto, advierte la psicóloga, que habrá situaciones propias del crecimiento y del desarrollo corporal en las que habrá temas en los que la relación padre-hijo fluirá mejor que padre-hija, pero en esos casos se recomienda pedir apoyo para seguir algunas pautas de crianza, según sea el caso.
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