Aunque los partos prematuros suelen darse de forma espontánea, la prevención de las complicaciones y las muertes relacionadas comienza con un embarazo saludable.
Tan pronto como una mujer sepa que está embarazada, debe solicitar atención prenatal, por la cual recibirá orientación física, psicológica y médica que ayudará a prevenir dificultades durante la gestación.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), “cuanto más prematuro es un bebé, menos preparado está su organismo para enfrentarse al mundo exterior”, pudiendo presentar problemas médicos relacionados con algunos de los siguientes aspectos:
Alimentación. La coordinación del reflejo de succión y deglución del recién nacido no está del todo desarrollada.
Respiración. En los casos en que los pulmones no han terminado de desarrollarse, los pequeños pueden llegar a tener dificultades para respirar de forma autónoma o presentar casos de apnea o dificultad respiratoria posterior.
Infecciones. Como su sistema inmunitario no está totalmente desarrollado, las infecciones pueden volverse graves muy facilmente, por lo que corren un mayor riesgo de morir si contraen una infección.
Cerebro. Aproximadamente uno de cada cinco bebés que pesan menos de dos kilos al nacer sufre hemorragias cerebrales o lesiones en este órgano debido a la falta de oxígeno.
Conservar el calor. Los bebés prematuros pierden de manera más fácil el calor corporal, por lo que necesitan mayores cuidados para conservar su temperatura y evitar una hipotermia.
Según la OMS todas las mujeres deberían realizar como mínimo 8 visitas a un profesional de atención en salud para el control prenatal.