Para Susan Cain, autora del libro la Revolución de los Introvertidos, este tipo de personalidades hacen un procesamiento más profundo de los pensamientos y emociones.
La timidez es miedo al juicio social, mientras que la introversión se trata de personas que se sienten cómodas en sitios tranquilos y con poca gente. Se relaciona con la manera en que un individuo responde a diferentes estímulos, es decir, que a diferencia de los extrovertidos que encuentran la comodidad en ambientes abiertos e interactuando con otros, los introvertidos se consideran más vivos y capaces en espacios privados, afirma la escritora Susan Cain.
Esto no se cumple todo el tiempo y no quiere decir que las personas introvertidas tengan un deseo permanente de aislarse, se trata de dejar los prejuicios y la connotación negativa que se tiene sobre este tipo de personalidades y entender que, así como pueden interactuar socialmente, también necesitan desconectarse para sentirse bien y potenciar sus ideas.
Para derrumbar los prejuicios y promover la aceptación social, la autora resalta la capacidad de los introvertidos para trabajar en equipo y asumir el liderazgo en el ámbito académico y laboral, ya que son prudentes para dar su opinión, tienen la capacidad de escuchar a los demás y son autónomos a la hora de desarrollar sus funciones.