Desde afuera, los introvertidos parecen rehuir cualquier tipo de interacción, pero esto no es del todo cierto. Aunque disfrutan de su propia compañía, también se alegran de compartir con otros; así que, si te gusta una persona introvertida, pero no sabes cómo acercarte a ella, descubre de qué forma puedes hacerlo. Solo tienes que ser lo suficientemente paciente, sensible y curioso.
Quiet Revolution es un proyecto creado por la escritora y consultora estadounidense Susan Cain. Ella busca reivindicar el poder de los introvertidos en la sociedad, que juntos suman el 50 %, según algunos estudios. Usualmente, la gente valora más a alguien extrovertido por su alegría, carisma y desparpajo, y, en cambio, guarda la distancia con los introvertidos por considerarlos aburridos, solitarios y enigmáticos. ¡Hasta cuestionan que puedan llegar a ser buenos estudiantes, empleados o parejas! Nada más alejado de la realidad.
La introversión es un tipo de personalidad que se orienta hacia el interior. En ella, los pensamientos, las emociones y los sentimientos ocupan un papel predominante y la soledad es una necesidad. Las personas introvertidas optan por estar en lugares tranquilos, rodearse de poca gente y no llamar la atención. Eso no significa que tenga problemas para relacionarse. ¡Todo lo contrario! Pueden gozar de excelentes habilidades sociales, pero prefieren ocupar el papel de oyentes debido a su carácter reflexivo, sensible y observador.
¿Estás conociendo a alguien que te gusta y parece ser introvertido? ¡Sigue leyendo! Descubre en este artículo 3 características esenciales de una persona introvertida. Así podrás comprenderla mejor y saber cómo desarrollar o fortalecer tu vínculo con ella.
- Una dinámica conversacional particular. A los introvertidos les fastidia hablar por hablar. En vez de conversar sobre asuntos banales —como el clima o los primos de tercer grado que nunca han visto—, les fascina adentrarse en conversaciones profundas sobre la vida, el futuro, proyectos o intereses comunes. La clave está en ahondar en los detalles: sentimientos, creencias, opiniones… ¡Ah! Y no te olvides de la escucha activa. No hay nada peor para una persona introvertida que sentir que sus palabras no van a ningún lado…
- La tranquilidad, ante todo. Los introvertidos son muy selectivos. Prefieren crear lazos fuertes y duraderos con unos pocos. Si los invitas a una fiesta o reunión y aceptan, seguramente no querrán estar allí por mucho tiempo. Pasadas unas horas, buscarán volver a casa o, si no pueden, necesitarán tomarse unos minutos a solas. Esto no significa que no estén disfrutando o que no quieran estar contigo: lo que sucede es que les agota recibir tantos estímulos y recurren a sus momentos de soledad para «recargar las pilas» y volver a encontrar el equilibrio.
- Saludar sin agobiar. En vez de estar hablando constantemente por teléfono, las personas introvertidas optan por escribir o enviar notas de voz. Si entre mensaje y mensaje pasa un tiempo considerable, no te preocupes: les gusta pensar bien las cosas antes de responder. A los introvertidos tampoco les agrada planear encuentros todos los días, ni explicar lo que hacen o dejan de hacer. Sin embargo, si muestras un interés genuino por sus actividades, es probable que te inviten a pasar más tiempo a su lado. Valoran cuando pueden compartir su mundo con los demás sin miedo a ser juzgados.
En conclusión, si te gusta una persona introvertida, date el tiempo de conocerla. Podrías encontrar a alguien comprensivo, tranquilo y confiable, que sabe escuchar y apuesta por relaciones a largo plazo.