Un reciente estudio realizado por la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston, encontró una relación directa entre los niveles de estrés elevados durante la niñez y, la posibilidad de sufrir una enfermedad cardíaca, diabetes o un accidente cerebrovascular en la adultez.
Los sicólogos encargados de la investigación enfatizaron en la importancia de prestarle mayor atención a la salud mental de los menores. Es necesario que los padres ofrezcan a los niños un entorno tranquilo en donde ellos desarrollen su personalidad sin miedos ni violencia. Esto es determinante para su salud como adultos.
El estudio confirmó además que para aumentar el riesgo de las enfermedades mencionadas, como diabetes, cardíacas o accidente cerebrovascular, no es necesario que el niño padezca estrés continuado o depresión, aún a lo largo de su adolescencia o adultez. Esto se constató en una población de más 6 mil personas, con edades desde los 7 años hasta los 42 y se evaluaron sus niveles de estrés a los 23, los 33 y los 42 años de edad.
Los especialistas de la Universidad de Harvard recomendaron ofrecer a los niños amor, además de ayudarlos a enfrentar sus emociones e inculcarles hábitos de vida saludables que los lleven a reducir los niveles de estrés propios de la niñez o la adolescencia.
También estar siempre alerta, conocer y preguntarles por sus sentimientos, sus pensamientos y problemas para aconsejarlos y si es necesario buscar ayuda profesional. Los traumas como la muerte de un ser querido, defectos físicos o la separación de los padres pueden también determinar el estado de salud de los niños cuando sean adultos. Recuerde que lo que pasa en esta etapa de la vida será determinante en la vida futura de una persona.